T’ho has de menjar tot (Te lo tienes que comer todo)

T’ho has de menjar tot


T’ho has de menjar tot (Te lo tienes que comer todo), de Agustín Laguna, se expuso en Casa Alegre de Sagrera
(Terrassa) en la programación de Álbum 2024, festival de imagen y fotografía contemporánea.

En ocasiones, preparar una propuesta artística para un espacio singular pasa por observar e intentar entender el lugar, su historia, sus formas, el recorrido y su atmósfera. En otras ocasiones, las menos, es el espacio quien revela al artista lo que quiere; incluso antes de tener alguna exposición programada allí. Esto le sucedió a Agustín Laguna cuando visitó el gran comedor de la Casa Alegre de Sagrera durante el festival Álbum 2023. 

Unas semanas después de su visita a Terrassa, Agustín me llamó para contarme cuánto le gustaría intervenir en ese espacio, utilizar la mesa, bajo las pinturas de Vancells y Pere Viver. Así fue como decidí programar su exposición en la edición de Álbum 2024.

Prácticamente, desde que la exposición era tan solo una idea, Agustín compartió con el grupo su idea. Por un lado, estaba la obra, que desde el principio Agustín tuvo claro como debía ser: cubos de granito sobre los que imágenes de la prensa diaria conformarían pequeños collages, algunos explícitos y otros más abstractos. Por otro lado, su incorporación al espacio suponía cierto número de variables y dudas, cada pieza estaría servida sobre la mesa, servida frente a cada una de las 26 sillas, pronto surgieron los debates, si la mesa debía estar vestida con todas las galas, cubertería, cristalería, etc., o si, por el contrario, se debía simplificar la propuesta; en ese caso, hasta qué punto se debía añadir elementos.

Otra de las derivas interesantes de nuestras conversaciones fue si los platos que contuvieran las piezas debían funcionar como parte de la pieza o como marco, y la importancia de utilizar una vajilla propia de la época y estatus de la casa, o bien unas piezas cerámicas neutras. 

El diálogo siempre es enriquecedor, abre horizontes y nuevos puntos de vista, pero no siempre puede concluir con una decisión clara y firme. En este caso, nos reservamos el montaje para experimentar con distintas posibilidades. Pese a la tarea frenética que supone montar un festival, nos tomamos el tiempo suficiente para valorar los detalles del montaje y tomar decisiones con seguridad. 

El resultado fue una exposición magnífica, coherente y bella que atrapó fácilmente al público y por la que tiempo después me siguen preguntando; una experiencia que dejó huella en quienes la visitaron.

Paulo Cacais